La Ley establece que los trabajadores de determinadas profesiones incluidas en el catálogo de enfermedades profesionales deben pasar revisiones médicas obligatorias una vez al año o cada vez que son contratados por un empleador.
En el sureste español, la configuración de las campañas hortofrutícolas genera una gran movilidad de trabajadores entre distintas explotaciones, obligando a realizar una revisión médica con cada cambio de contrato.
“Es una situación absurda”, ha explicado el responsable de Frutas y Hortalizas de UPA, que ha pedido que si los trabajadores siguen desempeñando la misma actividad y en el mismo sector no estén obligados a pasar continuas revisiones médicas.
“La realidad es que nuestros trabajadores se niegan a pasar tres o cuatro revisiones al año, y luego, si hay una inspección de trabajo, las multas las afronta el agricultor empleador”, ha denunciado Moreno. Esta realidad afectaría a cerca de 14.000 personas en todo el sureste.
UPA ha confiado en que el Ministerio de Trabajo se muestre receptivo y entienda la problemática que se está generando en el sector por una norma que no se adapta a la realidad del campo español.