1. Introducción
Todos los Abogados tienen la legítima aspiración de reducir al máximo su fiscalidad dentro de los límites previstos por el ordenamiento jurídico. Para conseguir este objetivo, ha de partirse del hecho de que los Abogados son personas físicas que están sujetas a gravamen por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y que, por ejercer su labor profesional, obtienen unos denominados rendimientos de actividades económicas. Es decir, que efectúan prestaciones de servicios jurídicos por cuenta propia, combinando los recursos humanos y materiales que consideren oportunos, para obtener un beneficio de su actividad.
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