1. INTRODUCCIÓN
La mala calidad, entendida como la defectuosa prestación de un servicio de asesoramiento profesional, es un coste añadido que incluye todo lo que se lleva a cabo más de una vez, se repite o se debe controlar.
Es decir, cuando una tarea de asesoramiento o prestación de servicios se realiza correctamente en la primera ocasión, es lógico que en este caso no es necesario controlarla o revisarla, y ello permite ahorrar el coste de esta segunda operación.
La calidad debe formar parte del sistema que abarque toda la organización. Se debe tener en cuenta que a los clientes no obviarán ningún defecto en relación a la calidad. Si bien es cierto que en general existe una tendencia a convivir con los errores, no se tiene conocimiento de que en realidad esta mala calidad es un gasto superfluo y evitable, que más tarde se repercutirá en el precio final del servicio ofrecido a nuestros clientes.
El «defecto cero» no debe ser un lujo inalcanzable, sino una necesidad de primer orden. Todos los profesionales y personal del despacho deben estar sensibilizados contra la mala calidad, el verdadero enemigo que puede limitar el futuro de la empresa.
#ads1{display: none !important;}
#ads2{display: none !important;}
#ads3{display: none !important;}
#ads4{display: none !important;}
/*.code-block {display: none !important;}*/
#economist-inarticle{display: none !important}
#publicidad{display:none;}
#cortardivhglobal{display: none !important;}
¿Quieres seguir leyendo?
Suscríbete a Fiscal al día desde