Las acciones legales contra los ataques conocidos como ciberocupación son un elemento clave para proteger las marcas registradas y sus sitios web del abuso ilícito de los mismos. Obtener pruebas de la actividad de los ciberocupas y lanzarles advertencias de cese de la misma son dos de las fórmulas para evitar un litigio en el que, en todo caso, tienen todas las de perder.
Margie Milam, Abogado, MarkMonitor, www.markmonitor.com
1. El abuso de marcas es un negocio lucrativo
Las compañias que se enfrentan al abuso de sus marcas en Internet se juegan mucho. Según fuentes de la industria, los beneficios de la publicidad en 2007 asociados con el tráfico en las páginas webs de las empresas oscila entre 750 millones de dólares y 1 billón de dólares, un 25% más que en 2006. Con un mayor número de dominios intentando participar en este incremento de los beneficios, no es sorprendente que la mayor parte de las compañias estén experimentando volúmenes no conocidos hasta ahora de ataques contra sus marcas conocidos como ciberocupación. El informe MarkMonitor Brandjacking Index™ correspondiente al invierno de 2007 se centró en esta tendencia, anunciando un incremento del 33% de los ataques, con más de 380.000 casos de ciberocupación centrados en las marcas más conocidas del mundo.
En la actualidad, la realidad es que algunos registradores de dominios han transformado la desdeñable actividad de la ciberocupación en un modelo de negocio aparentemente respetable, con socios capitalistas e inversiones financieras ambiciosas para continuar incrementando sus beneficios a través de actividades ilícitas. Por su parte, algunos registradores de dominios se han convertido ellos mismos en ciberocupas, registrando nombres de páginas web por su propia iniciativa para obtener lucrativos beneficios por el sistema pay-per-click (PPC) en el propio portfolio de la compañía. Como los nombres más genéricos han sido registrados hace tiempo, muchos de sus grandes beneficios podrían estar relacionados con el abuso de marcas.
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