Si algo caracteriza al último año es la incesante modificación normativa. En este contexto se sitúa el reciente Real Decreto-ley 20/2012, de 13 de julio, de medidas para garanti-zar la estabilidad presupuestaria y de fomento de la competitividad, que contiene, como es conocido, un conjunto variopinto de medidas que afectan a muy distintos órdenes y, que tiene como razón de ser dar respuesta a una situación, cuál es el alto déficit público, en una adversa conyuntura financiera donde impera la desconfianza de los mercados, con la consecuencia de un grave endurecimiento de las condiciones de financiación, la famosa prima de riesgo.
La norma incorpora medidas fiscales de aumento de pagos fraccionados a las grandes empresas. También un incremento de la imposición indirecta, con una subida del IVA sin precedentes, tres puntos en el tipo general que se sitúa en el 21%, dos puntos en el reducido que pasa del 8 al 10%, y una reclasificación de ciertos productos y servicios que de estar gravados a un tipo reducido del 8% pasarán a tributar al 21%. Consecuencia inmediata y natural será un aumento de los precios de los productos y los servicios, nada más disuasorio para un consumo en profunda recesión.
La subida de la imposición indirecta viene, además, combinada con un elenco de medi-das que reducen la liquidez de las familias: supresión de la paga extra de Navidad para los funcionarios públicos, reducción de las prestaciones por desempleo, racionalización de los subsidios por desempleo y modificación del régimen de acceso a la renta activa de inserción. Suben las retenciones de los autónomos que de un 15% desde este mes de septiembre y durante todo el año 2013 será de un 21%. Menor liquidez y encareci-iento de productos no parece la receta más adecuada para reactivar un mercado muy deprimido. ¿Cómo se recortará el déficit público si sigue cayendo la recaudación?
Con un mercado inmobiliario en continuó descenso, los incentivos para la compra de una vivienda desaparecen en el año próximo, cuando habían sido reintroducidos sin limitación a principios de este año. Para el ciudadano significa la eliminación del meca-nismo más extendido para rebajar la factura fiscal.
Tiempos muy difíciles y, todo ello, para generar la confianza de unos mercados que han reaccionado a las duras medidas de ajuste fiscal de una manera contraria a la pretendida, aumentando la prima de riesgo. Parece que no hay nada que proporcione esa confianza. ¿Qué quieren esos mercados?
#ads1{display: none !important;}
#ads2{display: none !important;}
#ads3{display: none !important;}
#ads4{display: none !important;}
/*.code-block {display: none !important;}*/
#economist-inarticle{display: none !important}
#publicidad{display:none;}
#cortardivhglobal{display: none !important;}
¿Quieres seguir leyendo?
Suscríbete a Fiscal al día desde