El día 1 de este mes de julio se abre la campaña del Impuesto sobre sociedades 2010, y los sujetos obligados deberán presentar su declaración antes del día 26, o el día 15 en caso de declaraciones domiciliadas.
Solo cuando termine la campaña tendremos datos reales de recaudación, pero no se puede obviar una realidad y es que la recaudación del Impuesto sobre Sociedades no ha parado de descender desde que se inició la crisis económica. Exactamente se habla de una caída en más de 28.000 millones de euros desde 2007.
Según un análisis interno de la Agencia Tributaria, las exenciones y deducciones de que gozan las empresas hace que el tipo efectivo de impuesto que se paga sobre los beneficios no supere el 10% de media. El portavoz de los inspectores de hacienda ha reclamado una reforma urgente del impuesto, de “imprescindible” la ha calificado. Hacienda opina que existen demasiadas
deducciones.
¿Acaso no son necesarias las deducciones para que las empresas se mantengan? ¿No están ya suficientemente gravadas? ¿No obedecen estas opiniones a la urgente necesidad de obtener ingresos para cubrir los déficits presupuestarios? ¿Suprimir deducciones y exenciones es la única y/mejor solución?
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