No cabe duda que el blanqueo de capitales es uno de los grandes problemas que deben conseguir atajar los Estados. En la actualidad, continuamente se crean nuevos sistemas para blanquear dinero proveniente de actividades delictivas y ello obliga al legislador a estar en continua actividad. Cuando se legisla mucho y con rapidez es fácil cometer errores. Un ejemplo de ello lo vemos en la nueva legislación preventiva del blanqueo de capitales que tratamos en este número de nuestra revista, de la mano del gran jurista Nielson Sánchez Stewart.
La nueva normativa, que como hemos dicho persigue evitar el blanqueo de capitales, aún sin quererlo y al mismo tiempo, consigue perjudicar la fortaleza del secreto profesional. Debilitar el secreto profesional implica hacer lo mismo con el derecho a la defensa. El legislador tiene que hacer un nuevo esfuerzo para hacer compatible la persecución del blanqueo de capitales con la protección del secreto profesional, es decir, del inviolable derecho a la defensa.
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