En el momento de presentación de las líneas esenciales de reforma de la fiscalidad del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y del Impuesto sobre Sociedades se anunció la introducción en el sistema tributario estatal de impuestos ÖverdesÖ es decir impuestos creados con la finalidad de proteger el medio ambiente.
Un año después de la publicación de la nueva legislación fiscal, siguen faltando noticias sobre las diferentes medidas que se pretenden adoptar en relación con los impuestos con finalidad ecológica. La única medida de carácter tributario que se ha adoptado hasta el momento consiste en la modificación del sistema de tipos de gravamen en el Impuesto Especial de Matriculación de Determinados Medios de transporte en los que el tipo mínimo susceptible de ser modificado por cada Comunidad Autónoma dependerá del nivel de dióxido de carbono que emita el automóvil del que se trate.
Sin embargo, faltan propuestas y proyectos concretos sobre la materia que, no se puede olvidar, ya ha merecido la atención de la inmensa mayoría de las Comunidades Autónomas mediante el establecimiento de figuras tributarias relacionadas con la protección del medio ambiente. Es posible comprobar como, apoyándose en el sistema de materias sobre las que son competentes, las Comunidades Autónomas han procedido a la introducción de tasas vinculadas a la prestación de servicios de protección del medio ambiente como la emisión de certificados o de licencias. Además, para reducir el consumo de agua se han creado impuestos sobre el consumo de esta riqueza natural compatibles con el Impuesto sobre el Valor Añadido. De forma más anecdótica, algunas pocas Comunidades como Galicia o Castilla-La Mancha se han decantado por incluir en su elenco de tributos algunos impuestos vinculados con la emisión de determinados gases contaminantes.
La reforma fiscal ecológica ideada a principios de los años noventa tenía por finalidad la eliminación de los diversos impuestos directos y sustituirlos por impuestos vinculados al consumo de energía. En realidad, ningún Estado se ha acercado al contenido de la propuesta, sin embargo se mantiene la necesidad de continuar estudiando figuras fiscales que sustituyendo, en su caso, a figuras actuales promuevan la protección del medio ambiente de una forma eficaz y eficiente, más allá de la habitual propaganda electoral.
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