Son por todos conocidas las consecuencias para algunos sectores económicos de la subida de los precios de los combustibles. Tanto en España como en otros países se han generalizado las protestas de transportistas, agricultores, pescadores o taxistas.
Se ha propuesto como solución para reducir el precio del petróleo la reducción de los impuestos especiales que gravan el consumo de estos productos. Estas cuantías se encuentran dentro de unos márgenes aprobados previamente en unas Directivas comunitarias. Otros sostienen que si se adoptan estas medidas se abrirá la puerta a nuevas subidas del precio del petróleo acordadas por los países productores.
Lo cierto es que el desarrollo económico de los últimos años junto con el precio relativamente moderado de los productos petrolíferos ha conducido a un incremento muy considerable del consumo energético en toda la Unión Europea.
Desde el punto de vista presupuestario, la subida de los precios de las gasolinas ha significado un incremento considerable de los ingresos provenientes del IVA aunque no de los impuestos especiales. Además, al incrementarse los precios del petróleo se han multiplicado los beneficios de las compañías petrolíferas (Repsol ha cuadriplicados sus beneficios) y, por lo tanto, las cuotas del Impuesto sobre Sociedades se han multiplicado.
Si el sistema tributario está bien diseñado el mayor incremento de precios genera un incremento de los ingresos del Estado y estos ingresos se pueden destinar a incrementar del gasto sin crear déficit. Estamos, pues, ante la oportunidad de avanzar rápidamente en la mejora del sistema de consumo energético en nuestro país.
Estos mayores ingresos no previstos inicialmente deben ser utilizados para mejorar el transporte público ¿A qué espera el Gobierno para aumentar las subvenciones para los transportes públicos como el transporte urbano o las líneas de cercanías de RENFE? También se pueden emplear los recursos en reducir la dependencia española en el consumo de petróleo. Se puede fomentar el uso de energías alternativas como la eólica o la solar ¿Por cuánto se van a multiplicar las cantidades destinadas a la investigación en nuevas tecnologías? ¿Qué subvenciones se concederán para la utilización de la energía solar como fuente de energía en las viviendas rehabilitadas? ¿Qué ayudas recibirán los agricultores para emplear la biomasa como forma de energía en sus explotaciones?
Si se quiere mejorar la situación de un sector desfavorecido, además, de reducir los impuestos se puede emplear la vía del gasto público con nuevas políticas más ambiciosas y más dinámicas, especialmente cuando el riesgo del déficit público queda alejado. Si no, al final, todos tendremos que ir a pie.
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