Estamos en campaña electoral y como es lo propio en estos periodos, los candidatos prometen y los electores piden al Gobierno que salga de las urnas. Apartados importantes en todo programa son la política fiscal y de empleo.
Por parte del partido ahora gobernante se promete no subir los impuestos a los asalariados dentro de la revisión fiscal que acometerá si gana las elecciones; modificará el Impuesto de Sociedades para redistribuir los beneficios de las deducciones del impuesto; creará un impuesto sobre los beneficios de las instituciones financieras y sobre las grandes fortunas e incluirá una nueva fiscalidad de las SICAV. Subirá un 10% los impuestos que gravan el tabaco y el alcohol para financiar la sanidad pública. Promete un gran pacto por el empleo con las comunidades autónomas, los partidos políticos, las empresas y los sindicatos; impulsar el trabajo a tiempo parcial y hacer más selectivas las bonificaciones que benefician a las empresas.
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