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SOBRE LA ECOTASA BALEAR (II)

En estas fechas de cierre de edición, próximas al período vacacional, dedicamos estas líneas nuevamente a valorar el impuesto turístico o la llamada «ecotasa», que grava con un promedio de un euro diario la pernocta de cada persona mayor de 12 años -con la única excepción de los viajes en programas sociales subvencionados- en cualquier establecimiento hotelero o turístico del archipiélago balear, y que está en vigor, aplicándose, pese a la polémica, desde el pasado 1 de mayo de 2002. Sabemos que el 70% de los hoteles cobra ya directamente a sus clientes el impuesto turístico, mientras que el restante 30% de los hoteleros asumen este coste como propio, al igual que las grandes cadenas de hostelería. No obstante, se prevé que en el mes de noviembre de 2002 el 100% de los hoteles repercuta el impuesto directamente.

 

Los profesionales del sector hostelero aseguran encontrarse en un mala temporada, afirmando que la caída del turismo en las Islas Baleares ha sido muy superior a la media internacional, que se sitúa entre un 3% y un 5% debido a la coyuntura internacional (11-S, Mundial de fútbol y descenso del poder adquisitivo de los europeos, entre otros factores).

 

Ahora bien, los partidarios de la «ecotasa» argumentan, entre otros fundamentos, una saturación de visitantes y que la misma provocaría un rechazo de los turistas de nivel adquisitivo bajo y medio-bajo. Por otra parte, afirman que obtendrá pleno reconocimiento cuando se pueda comprobar que aportará recursos económicos positivos para el medio ambiente y para espacios donde se desarrolla la actividad turística. Por ejemplo, manifiestan que se prevé proceder a la recuperación de los humedales de Alcúdia o la reutilización de los espacios degradados por 72 canteras cercanas a la playa de Palma.

 

Asímismo, declaran que la idea de una «fiscalidad verde» se basa en la solidaridad entre las personas que visitan las Islas y las que las acogen, creando un fondo para la rehabilitación de los espacios naturales. Y desde el Gobierno central se afirma que la mejora de sectores como el medioambiente, la inversión en investigación y desarrollo o la formación es perfectamente compatible con la disminución general de los impuestos.  Paradójicamente, en la práctica, el sector empresarial del turismo está de acuerdo en que se debe invertir para la conservación y mejora del medio ambiente. Sin embargo, es un hecho que la mayoría de Ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea están de acuerdo con la filosofía de dedicar fondos a dicha protección del deterioro del entorno natural, pero no comparten el sistema aplicado a través del impuesto turístico o «ecotasa».

 

En nuestro entender, la controversia generada con la implantación de la «ecotasa» no se refiere tanto a su finalidad, que debe ser bienvenida -propiciar la fiscalidad medioambiental, en el sentido de penalizar las prácticas negativas y desincentivar los hábitos y consumos que perjudican al medio ambiente- sino a la vía utilizada: la creación de un tributo específico para la ecología, que debería ir en consonancia con los objetivos comunes de creación de empleo y mejora de la competividad. Existe la reticencia de que el impuesto no sea destinado de manera efectiva a la ecología y que, finalmente, lo que comporte sea una estampida de turistas hacia nuestros destinos turísticos competidores, de precios más atractivos, e incluso algún detractor del impuesto ha manifestado que la implantación del mismo equivale a que se gravase a los pensionistas con un tributo a efectos de financiar sus pensiones.

 

No es casualidad que hayan sido precisamente los turistas españoles los que más se han pronunciado en contra de la «ecotasa», habida cuenta del conocimiento de los principios de nuestro sistema impositivo y de la evidente doble imposición. Recordemos que el hecho imponible que se pretende gravar con la ecotasa (la prestación de servicios turísticos de alojamiento en establecimientos hoteleros baleares) se encuentra ya sujeto al Impuesto sobre el Valor Añadido, además de tener incidencia sobre elementos ya gravados en primer lugar por el Impuesto de Actividades Económicas.

 

Por último, recordarles que como cada año FISCAL AL DIA no aparece durante el mes de agosto. El próximo martes 3 de septiembre volveremos a estar en su quiosco.

 

¡Felices vacaciones!

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