Tras la vorágine de los últimos acontecimientos, las elecciones generales del 14-M y el posterior cambio de Gobierno, dedicamos estas líneas a realizar unos breves comentarios sobre el nuevo modelo fiscal propuesto por el PSOE, con el tipo único del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas como oferta más importante. Diversos compañeros asesores fiscales manifiestan que el modelo del I.R.P.F. con uno o dos tramos sí podría ser sostenible, desde el punto de vista recaudatorio, siempre y cuando se modificaran otros impuestos que compensaran la posible pérdida de ingresos por la reducción del principal tributo de nuestro sistema impositivo, como los que gravan las operaciones de compra-venta de inmuebles -sector que sigue inevitablemente cotizando al alza – y las adquisiciones de herencias por terceros, no familiares directos.
En nuestro entender, la reforma debe ser bienvenida y su valoración positiva. No obstante, debe tenerse en cuenta que, a la espera de la concreción definitiva de dicho nuevo modelo, el proyecto previsto podría comportar una cierta pérdida recaudatoria para el Estado, debido a la importante rebaja que supondría para los contribuyentes, e incluso la deslocalización de algunas inversiones, a consecuencia de la introducción del elemento de la progresividad en la tributación de las plusvalías en el citado impuesto.
Por otra parte, el modelo de tipo único propuesto por el PSOE establece la elevación del mínimo exento personal hasta los 10.000 euros, más unos 3.000 euros adicionales por hijo a cargo, así como la revisión, o incluso la eliminación, de gran parte de las deducciones actuales, como es el caso de la deducción por adquisición o rehabilitación de la vivienda habitual – cuya posibilidad de prórroga a siete años desde los cuatro actuales quedó finalmente en suspenso – o por inversión en Planes de Pensiones, deducciones estrella de las reformas impulsadas por el anterior Gobierno, que han sido reiteradamente criticadas por haber sido realizadas para favorecer, prácticamente exclusivamente, a las esferas sociales más favorecidas y olvidar a las clases trabajadoras, medias y medias -bajas.
Si bien se afirma que el nuevo Ejecutivo dispone, gracias a las anteriores modificaciones del impuesto – a título de ejemplo, recordemos que, desde el año 1998, se han aprobado más de 446 normas sobre los principales impuestos directos, es decir, I.R.P.F., Impuesto sobre Sociedades e I.V.A. – de margen suficiente para introducir rebajas adicionales en el mismo, no debemos olvidar que cualquier medida debe respetar el equilibrio presupuestario en el ciclo al que se ha comprometido el PSOE. Consideramos que, paralelamente a la puesta en marcha del tipo único y de las rebajas fiscales, debería llevarse a cabo una política de incentivos tributarios a favor de las empresas, con la finalidad de que éstas se vean apoyadas y mantengan el crecimiento económico de los últimos años.
Asímismo, debemos tener en cuenta que, con el modelo de tipo único fijado en el entorno del 30%, sigue siendo posible mantener la tan lnombrada progresividad del impuesto – Öel que más tiene, más pagaÖ – si se introducen unos mínimos exentos altos que beneficien a las rentas más bajas y se exime de la obligación de declarar a gran parte de los contribuyentes. Por último, también deberían incorporarse unos índices correctores que obligaran a ingresar más a los declarantes con rentas más altas
Como siempre, desde la redacción de FISCAL-LABORAL AL DÍA estaremos alerta para mantenerles informados de todas las novedades que se produzcan en esta materia.
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