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Aunque tal vez sea negro el color de su dinero, el que ha servido para pagar la casa, a los ojos de nuestra Hacienda que desconfía de esa avalancha, de esa compra tan masiva de viviendas. Si usted, apreciado lector, sabe de alguien que con los esfuerzos de toda una vida dedicada al noble oficio y arte del trabajo bien hecho, laborando de sol a sol o a luna llena, de ser preciso, es propietario de una pyme, y dándole duro, luchando con denuedo, ha conseguido tirar de su negocio hacia delante y, al final, con satisfacción y sano orgullo ha hecho realidad el sueño de su vida de tener una casa blanca frente al mar …, su amigo, amigo mío, tiene ante sí un panorama ciertamente gris, nublado y parecido a esos equipos de fútbol que, en ocasiones, malviven en el infiernillo de la segunda división.
Pues bien, coincidiendo con la llegada del verano, a comienzos de julio de 2002, se da a conocer que Hacienda investiga la compra de viviendas situadas en la costa en busca, no del arca perdida, sino del dinero negro. Y para más inri, a finales de ese mismo mes de julio, Hacienda pone en marcha una investigación, a gran escala, se dice, para perseguir implacablemente a las pequeñas empresas acogidas al régimen de módulos. Que se preparen los bares, restaurantes, peluquerías, horchaterías, granjas, verdulerías, fruterías, carnicerías, pescaderías, venta ambulante de zapatillas, fontanería a domicilio …, porque ahí está, a los ojos de nuestra sagrada Hacienda, la gran bolsa del fraude fiscal español, esos son los inmensos refugios del dinero negro de este país, ellos, los titulares de tales negocios, son los grandes defraudadores de nuestra patria.
Y, seguro, seguro, que estos mismos pecadores fiscales son quienes han adquirido casas blancas no en Washington, no, que allí está un pajarillo como George Bush sino en no sé que pueblo de la costa que si en invierno tiene una población media de 400 habitantes, en plena canícula veraniega su población alcanza los 250.000 habitantes. áAy, Dios, que ganas de fastidiar al personal, al contribuyente, al pobre y mísero pecador! Si de lo que se trata es de sacar a flote, de que salga a la superficie ese 22% del P.I.B. que según los últimos cálculos es el montante de dinero negro que tiene nuestro país Ö en Italia, si no yerro, antes de la amnistía de Berlusconi se cifraba en un 27% – por esa vía se dará con la calderilla.
Son los altos representantes de esas grandes compañías los que ocultan dinero al fisco español, pero no calderilla, sino montantes relevantes, que, por añadidura, como el gitano aquel al que paró una pareja de la Guardia Civil al llegar a Sevilla, no saben cómo demonios tienen a su nombre cuentas rebosantes de miles de dólares, en viejas pesetas de millones de ellas, o dicen desconocer su existencia.
Está bien que Hacienda ponga en marcha todo tipo de controles pero con savoir faire. Vuelve de la mano de los populares aquella moda de los peinados fiscales socialistas que, al menos en Cataluña, mantuvo en jaque a toda una ciudadanía. Vamos hacia un new look, como el de los afamados estilistas. Luego, veremos si se resucitan vicisitudes sufridas antaño al estilo de las libretas de ahorro y activos financieros de dudosa catadura tributaria. De momento y por el momento, todo eso se da a conocer justo en el despegue del verano. Para los chicos y chicas de la Agencia, para sus jefes, quizás ésta sea una bonita manera de desear áfelices vacaciones!, y, sobre todo, con envío de tarjeta navideña en plan agosteño incluida, al requerir en pleno mes de agosto.
Pues eso, áa descansar en esa casa blanca junto al mar …!
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