El Ejecutivo comunitario ha adoptado una comunicación donde esboza una serie de acciones destinadas a perseguir la actividad financiera ilegal, vinculada entre otras cosas, a las redes terroristas, como ha quedado patente a raíz de los atentados del 11-S.
Así, la Comisión Europea (CE) ha abogado por estrechar la cooperación entre las autoridades públicas y el sector privado como mecanismo para mejorar la lucha contra la criminalidad financiera organizada en el conjunto de la UE.
Entre las medidas principales, Bruselas abogó por que las Administraciones y las entidades financieras privadas compartan datos relativos a la lucha contra el blanqueo de dinero y al riesgo que representan los pagos de grandes cantidades en efectivo. Asímismo, recomendó una mejora de los procedimientos de identificación de los titulares y beneficiarios de las cuentas bancarias.
La CE reconoció que el sector privado ha realizado esfuerzos significativos para terminar con esta práctica y ya ha puesto marcha sistemas de detección y de declaración de transacciones sospechosas. Por otra parte, el Ejecutivo comunitario insistió en la necesidad de llevar a cabo técnicas de investigación adecuadas, principalmente, encuestas financieras. Abogó por ello por establecer una política común que prevea mecanismos de financiación, de formación y cooperación, entre los responsables de las encuentras, así como ampliar el margen de maniobra de Europol en este dominio.
Por otro lado, el Ejecutivo comunitario consideró necesario reforzar las capacidades de los servicios represivos, mediante la puesta en marcha de un personal dotado de la formación y competencias apropiadas para luchar contra el crimen financiero organizado en la UE.
El Comisario europeo de Justicia y Asuntos Interiores, D. Antonio Vitorino, aseguró que la lucha contra la criminalidad financiera «debe figurar entre las grandes prioridades de la UE para los próximos años», porque este tipo de actividad ilícita «perjudica a los actores económicos legítimos y refuerza la economía sumergida».
Asimismo, su homólogo de Mercado Interior, Fiscalidad y Unión Aduanera, Frits Bolkestein, señaló que la criminalidad financiera «es una industria mundial», por lo que se necesitan «medidas enérgicas y eficaces tanto a nivel europeo como internacional, incluidas nuevas medidas legislativas» para combatirla.
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