Finalmente, el Gobierno no creará un nuevo impuesto sobre las grandes fortunas y planea elevar el IRPF sobre las rentas más elevadas. En medios gubernamentales se venía defendiendo la creación de un nuevo impuesto que iría directamente a gravar a los más ricos. Pero los técnicos del Ministerio de Economía y Hacienda han desaconsejado la puesta en marcha de una nueva figura tributaria por las complicaciones que supone.
Hacienda también descarta recuperar Patrimonio, porque considera que traería más inconvenientes que ventajas. Por ejemplo, las comunidades autónomas tienen la facultad de modificar este impuesto y algunas gobernadas por el PP ya habían anunciado su propósito de eliminarlo en sus territorios, lo que hubiera acarreado desigualdades entre comunidades. Así, la idea es actuar sobre el IRPF. Esta subida la ha propuesto el Gobierno al PNV en el marco de la negociación de los Presupuestos del Estado de 2011, según fuentes cercanas a la negociación. Se trata de crear un nuevo tramo en la parte estatal del Impuesto sobre la Renta, que se aplicaría a los contribuyentes con ingresos más altos.
En concreto, la línea se ha puesto en los 120.000 euros de ingresos (aunque se ha manejado en la negociación la posibilidad de llegar hasta los 125.000 euros), que soportarían un tipo marginal del 47% (no se descarta que se pueda quedar en el 46%). Actualmente, el tipo máximo del IRPF es del 43%, que soportan los contribuyentes con rentas superiores a los 53.400 euros.
De este modo el Gobierno toma como modelo el aumento del IRPF aprobado por la Generalitat de Catalunya y se acerca al que planean otras comunidades. El nuevo modelo de financiación autonómica reparte el impuesto al 50% entre el Estado y las comunidades autónomas, a las que, además, concede mayores facultades para modificar el tributo en su territorio. (Fuente: Público)