La Comisión Europea (CE) propone en su Libro Verde para la reforma del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) cuatro modelos diferentes para revisar esta figura tributaria y evitar los fraudes carrusel, que actualmente esquilman los ingresos de los Estados en las operaciones intracomunitarias.
Las propuestas suponen una relación de coste beneficio positiva, pero difieren en la inversión inicial de las Administraciones tributarias precisa, por lo que la propia CE aventura que finalmente se optará por un modelo híbrido.
La primera de ellas propone que el cliente pueda dar instrucciones a su entidad bancaria para pagar los bienes o servicios y éste divida el importe del IVA, que se transfiere directamente a Hacienda. Este modelo evitaría el fraude carrusel,
pero a cambio requeriría modificaciones muy importantes en la forma en que las empresas y las Administraciones tributarias gestionan en la actualidad el IVA. Además, requeriría un nuevo desarrollo normativo sobre las transacciones en efectivo o con tarjetas de crédito.
En el segundo de los escenarios, todos los datos de la factura se envían en tiempo real a una base de datos central. Así, las Administraciones tributarias recibirían la información mucho más rápido y se suprimirían muchas obligaciones formales, lo que permitiría aminorar costes y burocracia. Además, el sistema mejoraría si las transacciones entre empresas usasen facturación electrónica.
El tercer modelo propone que el contribuyente que es sujeto pasivo del Impuesto transfiera a un archivo seguro de datos sobre el IVA, en un formato acordado, datos predefinidos sobre las transacciones. El archivo lo lleva el propio sujeto y al mismo puede acceder Hacienda, ya sea directamente o a través de un preaviso muy próximo al acceso inspector.
La Comisión recuerda que algunos países ya han avanzado en esta dirección sin que se hayan planteado mayores problemas. Sin embargo, este sistema no evita el fraude carrusel, ya que si el operador desaparece, también lo haría el archivo, aunque permitiría una detección más rápida que con el sistema actual. Finalmente, se propone la certificación del procedimiento y controles internos del IVA de cada empresa. En este procedimiento han avanzado ya algunos países, pero requiere una importante inversión de las Administraciones tributarias en recursos humanos. (Fuente: El Economista)