La decisión del Gobierno de quitar a los funcionarios la paga extraordinaria de Navidad –con lo que se conseguirá un ahorro estimado en 4.000 millones de euros– ha caído como un auténtico jarro de agua fría entre este colectivo de trabajadores. Los sindicatos que representan a estos empleados públicos habían sido convocados para la tarde de ayer en el Ministerio deHacienda y Administraciones Públicas, cuyos responsables tenían previsto tras-
ladarles dicha medida, así como el resto de decisiones adoptadas por el Ejecutivo y que afectan a los empleados públicos, como la reducción de días libres –los denominados moscosos– o la eliminación de los liberados sindicales.
Los representantes de CCOO,UGT, CSI-F,ELA y CIG acudieron al encuentro, aunque se levantaron
de lamesa poco después de que diese comienzo el mismo, que tuvo lugar en la Dirección General de laFunción Pública.
Los sindicatos anunciaron su rechazo absoluto a las medidas, así comosu intención de convocarmovilizaciones y protestas. De hecho, las direcciones ejecutivas de CCOO y UGT decidieron ayer mismo convocar una jornada de manifestaciones en toda España, el próximo 19 de julio contra las medidas anunciadas por el Gobierno.
La supresión de la paga extra de Navidad, que ha encendido a los funcionarios, se aplicará exclusivamente este año. Dicha remuneración específica supone el 5,7 por ciento del total del sueldo de un funcionario, según recordaba ayer el Gobierno, que se apresuró a destacar que la cantidad ahora perdida será recuperada en el año 2015, en forma de aportación al fondo de pensiones. La medida permitirá ahorrar este año 4.000 millones.
Fuente: El Economista