Algunas multinacionales usan estrategias que les permiten pagar Solo un 5% en el impuesto de sociedades, mientras las empresas más pequeñas están pagando hasta un 30%”. No es que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se cayera ayer del guindo que deshojan desde hace años académicos, periodistas, altos funcionarios y ONG o las propias cuentas de las grandes compañías. El valor del informe que publicó ayer el club que integra a 34 países industrializados, incluido España, no está en sus conclusiones, sino en que debería ser el punto de arranque de una reforma fiscal internacional para que las multinacionales paguen más por sus beneficios.
El club de países avanzados plantea intensificar el debate sobre como limitar el impacto de estas prácticas en los próximos meses. El objetivo es forjar nuevas normas internacionales para ser incorporadas por los Gobiernos antes de dos años.
El calendario que planteó ayer la OCDE es ambicioso. Pretende que su comité de Asuntos Fiscales elabore un Plan de Acción antes de junio, en el que se hará una cuantificación de los impuestos perdidos por estas prácticas y se plantearán plazos y medidas para integrar el sistema fiscal global. En paralelo, se discutirán esas propuestas con los representantes de los países emergentes en el Foro de Administración Tributaria. El objetivo es que la próxima cumbre del G-20, en San Petersburgo (Rusia) valide el plan el próximo mes de septiembre. Las multinacionales se aprovechan de los acuerdos de doble imposición en los que se fundamentan las relaciones fiscales internacionales para desplazar de forma artificial (al calor de legislaciones nacionales diseñadas para atraer capitales) ingresos a países con muy baja tributación, un viaje enrevesado entre filiales cuya última estación suele ser un paraíso fiscal.
Fuente: El País