En cambio, detectan una importante bolsa de evasión tributaria en los rendimientos del capital mobiliario (intereses y dividendos). En concreto, señalan que el cumplimiento en esta fuente de renta se sitúa en el 39%. Sin embargo, la mayor parte de contribuyentes tiene pocas posibilidades de defraudar por esta vía en la medida en que los intereses y dividendos sufren retenciones y la Agencia Tributaria tiene abundante información procedente de las entidades financieras. Julio López Laborda alega que la evasión en estos casos procede de declarantes que tienen capitales en el extranjero sin declarar. Laborda, partiendo de metodologías utilizados en estudios internacionales, señala que los españoles tienen en paraísos fiscales 144.000 millones de euros. Solo por el rendimiento de ese importe, el fraude fiscal asciende a 7.400 millones.
Las rentas inmobiliarias (alquileres e imputaciones por propiedades inmobiliarias) es otro gran foco de fraude, siempre según el estudio de Fedea. Por último, los autónomos y profesionales también registran elevadas cuotas de incumplimiento. Y ello es así tanto para el colectivo que tributa por el sistema de módulos como por aquellos que optan por estimación directa.
Los investigadores convergen en que la economía sumergida en España asciende al 20% del PIB. Teniendo en cuenta que la presión fiscal en España se sitúa en el 33%, si la actividad sumergida tributara el Estado ingresaría un 6,6% adicional, cifra que coincide con el déficit fiscal registrado en 2013.