Según datos del Banco de España, la capacidad de financiación, medida por el saldo conjunto de las cuentas corriente y de capital, se sitúa -0,7 mm (miles de millones de euros) durante el primer trimestre. Acumulado con los tres trimestres anteriores, la capacidad de financiación fue de 24 mm (un 2% del PIB) que comparando con 2017 ha bajado un 0,1%. En cuanto al déficit del balance de bienes, aumentó 0,2 mm frente al 6,2 mm registrado en 2017. En caso de los servicios, el saldo positivo alcanzó los 8,8 mm.
Dentro del ámbito, se observó un crecimiento del superávit de 6,8 mm en los servicios y el turismo y viajes mientras que en los servicios no turísticos (transporte, servicios financieros y los informáticos, seguro, entre otros) se observó un descenso de 2 mm. En cuanto al superávit de la renta primaria se redujo a 0,4 (0,1 menos con respecto al año pasado) mientras que el déficit de la renta secundaria subió de 3,6 mm del primer trimestre de 2017 a -4,2. Además, la posición de inversión internacional (PII) neta registró un saldo negativo de -955 mm (un 81,3% del PIB) en el mismo periodo, que aumentó ligeramente (un 0,04% más) que el trimestre anterior que registró -942. Si contamos el PII excluyendo el Banco de España, la cifra se reduce hasta los -748mm.
Por otro, la posición neta de la inversión directa se situó en -54 mm frente a -40 mm al último trimestre de 2017, que se debe principalmente a una contribución negativa de los otros flujos a la que se unió una moderada disminución de las transacciones. Esta contribución negativa de los otros flujos fue consecuente, entre otras causas, por el efecto de la apreciación del euro frente a monedas en las que están denominadas los activos exteriores de residentes en España. En cuanto al saldo neto de las transacciones, hubo un descenso motivado por los pasivos contraídos frente a no residentes.
Otro dato es la inversión de cartera, excluyendo el Banco de España, que registró una disminución en la posición neta deudora resultando -532 mm, 10 mm menos que el trimestre anterior. Las causas de estas fueron un saldo positivo de las transacciones y la contribución positiva de los otros flujos. El primero generó un incremento en activos y pasivos financieros mientas que el segundo generó una pérdida de valor de los instrumentos emitidos por residentes en España, en especial la renta variable. Por otro, la otra inversión (también se excluye el Bando de España) aumentó -2mm más (-153mm). Este resultado reflejó, principalmente, el valor neto negativo registrado por las transacciones debido al incremento neto de los pasivos contraídos con el exterior (que fue superior al aumento neto de los activos exteriores).
Para terminar, el saldo neto del Banco de España frente al exterior llegó a final del primer trimestre de 2018 a los -207 mm, que aumentó -6mm y la deuda externa bruta de España alcanzó los 1.957 mm (167 % del PIB) superando la cifra del trimestre anterior.