A pesar de ello son poco numerosos los empleos creados en el sector de las nuevas tecnologías
Desde el año 2000, España ha gastado 571,138 euros por cada empleo verde generado, incluyendo los subsidios de más de un millón de euros por la industria eólica.
La pérdida de empleos se ha concentrado principalmente en la metalurgia, la minería no metálica, la industria alimenticia, la bebida y el tabaco.