CiU mueve ficha para lograr que sus socios parlamentarios de ERC apoyen los presupuestos que está elaborando el consejero de Economía de la Generalitat, Andreu Mas-Colell. Los equilibrios son tan difíciles que Artur Mas está dispuesto a dar marcha atrás a la única promesa electoral económica que pudo cumplir en su primera legislatura: la supresión del Impuesto de Sucesiones para casi el cien por cien de los catalanes.
CiU sacrificará esta reducción de Sucesiones y creará una batería de nuevas tasas para que los recortes que debe hacer la Generalitat para cuadrar el déficit público afecten menos al ciudadano de a pie.
Aunque Mas-Colell no ofreció detalles sobre los nuevos impuestos, la Generalitat prevé bajar los límites exentos del Impuesto de Sucesiones con el objetivo de captar entre 150 y 200 millones de euros adicionales.
En cuanto a las nuevas tasas, están previstos nuevos gravámenes sobre la distribución y generación de energía nuclear, que gestionan las compañías eléctricas en las centrales nucleares de Ascó y Vandellós (unos 100 millones); sobre las grandes superficies (25 millones); sobre empresas que producen bebidas azucaradas (22 millones), y sobre los vehículos pesados de mercancías que atraviesen Cataluña por algunas vías.
Fuente: El Economista