CEOE propone más subidas del IRPF y del IVA para garantizar el futuro de las pensiones

El vicesecretario de Asuntos Económicos, Laborales e Internacionales de CEOE, Alberto Nadal, apuntó ayer que el sistema público de pensiones solo será viable si se rebajan las prestaciones o se buscan nuevas fórmulas de financiación, en paralelo a las cotizaciones a la Seguridad Social. Así lo planteó durante unas jornadas sobre la viabilidad del sistema público, organizadas por El Economista, en las que encontró el apoyo de la patronal de los seguros (Unespa). La presidenta de la patronal, Pilar González de Frutos, también se mostró partidaria de rebajar el gasto en prestaciones, puesto que cree que el margen que tiene el Gobierno para aumentar los ingresos es muy limitado en la actualidad

Nadal defendió la necesidad de rebajar las cotizaciones a la Seguridad Social para reducir la carga que soportan los empresarios y ayudar a generar empleo, así como la importancia de buscar otras fuentes de financiación para garantizar la viabilidad del sistema de pensiones. En este sentido propuso que se compense la bajada de las cotizaciones con ingresos procedentes de impuestos como el IVA o el IRPF.

En la misma línea, el director del Observatorio de Pensiones de Caser, Manuel Álvarez, manifestó que el sistema público no será viable si no se combina con las prestaciones complementarias privadas. Será imposible cumplir los objetivos de déficit, ya que el envejecimiento de la población provocará un aumento del gasto en sanidad y en pensiones de jubilación, apuntó.

Frente a estos argumentos, el secretario de Seguridad Social y Previsión Social de CC OO, Carlos Bravo, rechazó financiar con más impuestos el sistema público de pensiones. Supondría aumentar de nuevo el beneficio empresarial a costa del esfuerzo de todos, dijo.

Por su parte, el portavoz de CiU en el Pacto de Toledo, Carles Campuzano, resaltó que el sistema público de pensiones es un colchón para amortiguar las consecuencias de la crisis y que el discurso del tremendismo no ayuda, sino que dificulta las reformas.

Fuente: Cinco Días