A través de la hipoteca inversa los mayores de 65 años y las personas con dependencia severa reciben una renta (única o periódica) de la entidad financiera. A cambio, la entidad financiera dispondrá de un crédito frente a los sucesores en el momento de la sucesión.
La novedad fiscal que se anuncia es la posibilidad de que una parte del dinero obtenida por el deudor hipotecario se destine a inversión en un plan de previsión asegurado con la posibilidad de reducir en la base imponible del IRPF del inversor hasta 10.000 euros anuales.