Estos cambios suponen una importante merma de recaudación que ha de ser compensada con nuevos ingresos. Una de las fórmulas que se está barajando consiste en el incremento de los Impuestos Especiales aplicables al tabaco.
El tabaco ya soporta una presión fiscal igual al 72% de su precio de venta al público, entre el Impuesto Especial y el I.V.A. y supuso una recaudación de 7.000 millones de euros en 2003. Los estanqueros temen que con esta medida se incremente la venta y el contrabando ilegal de tabaco que, actualmente, se sitúa en el 1,1% del consumo total.
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