Tal y como puso de manifiesto Lászlo Kóvacs, Comisario europeo de Fiscalidad y Unión Aduanera, en el I Congreso Internacional de Derecho Tributario, la evasión, elusión y el fraude fiscales provocan, a nivel de la Unión Europea, unas pérdidas de aproximadamente 250.000 millones de euros.
Es una cantidad, de entrada, difícil de digerir, pero lo es más si comprobamos que las cantidades evadidas doblan el presupuesto anual de la UE, o que suponen cinco veces más de lo destinado a los programas comunitarios dirigidos al sector agrícola.
En aras de remediar esta situación, Kóvacs anunció inminentes cambios en la Directiva europea que regula la tributación sobre el ahorro, afirmando que la misma acusa importantes lagunas, y que las modificaciones versarán sobre los depósitos bancarios y la tributación de los intereses que estos generan.