Hace un año, distintos miembros de Ejecutivo afirmaban rotundos que la subida del IVA no estaba contemplada, y el gravamen subió.
Desde entonces ha llovido mucho y en el Ejecutivo surge ahora un discurso mucho más ambiguo. La veda la abrió el propio presidente del Gobierno Mariano Rajoy, el miércoles, en Bruselas, cuando dejó caer que se podrían tocar algunos impuestos, sin aclarar más. Ayer, Soria tomó el testigo y ya se refirió, en concreto, al IVA, al decir que se está estudiando que algunos productos que tributan en el tipo superreducido y que en otros países no tributan a ese tipo, pasen a tributar al mismo tipo que lo están haciendo en otros países. El también ministro de Comercio y Turismo sí precisó en declaraciones a Telecinco que, en cualquier caso, se mantendrá en el 10 por ciento el tipo del turismo y la hostelería por su importancia como motores para la economía española.
No sólo desde España se están lanzando mensajes que invitan a pensar en cambios con respecto al IVA. El portavoz de Asuntos Económicos de la Comisión Europea, Amadeu Altafaj, negó ayer que Europa quiera que España suba el IVA por encima del 21 por ciento, sino que, en línea con lo sugerido por el Ejecutivo español, lo que se propone es la revisión del superreducido, al 4 por ciento.
El argumento que empleó Soria para avisar de la posible subida del gravamen superreducido es su homologación con el resto de Europa. Y es que, en efecto, nuestro país no es el único que ha subido el IVA en el marco de la crisis que vivimos desde hace más de un lustro. Finlandia lo hizo en julio de 2010 para reducir su déficit. Subió el tipo general del tributo, que pasó del 22 al 23 por ciento. La atribulada Grecia también aumentó el tributo general al 23 por ciento para cumplir con las exigencias de la UE tras el rescate. Y Portugal hizo lo propio pasando el IVA general del 21 al 23 por ciento.
Además, el tributo general en Europa está más cerca del 23 por ciento al que lo han subido estos países que del 21 por ciento que rige en nuestro país. Dinamarca, el país con más IVA de la Unión Europea, sólo tiene un tipo general al 25 por ciento, pero Hungría, con tres escalones de tributación, aplica un 27 por ciento de general, un 18 por ciento de reducido y un 5 por ciento de superreducido.
También este último, el más bonificado, se sitúa en Europa en cotas superiores al 4 por ciento de España. En Finlandia, Irlanda y Bulgaria, por ejemplo, se sitúa en el 9 por ciento. Y muchos no tienen, directamente, tasa superreducida.
Fuente: El Economista