El PP promovió en 2003 la elevación en un 10% de los coeficientes máximos de amortización fijados en las tablas del impuesto de sociedades para las inversiones realizadas durante ese ejercicio y el de 2004.
El PSOE ha presentado una proposición no de ley para dar continuidad a esta mejora del tratamiento fiscal que reciben las empresas, en coherencia con su compromiso electoral de aplicarlo en los 100 primeros días de Gobierno en el supuesto de que hubiera ganado las elecciones
Mediante estas deducciones, las empresas obtienen mayor liquidez y ven facilitada la renovación de sus activos. El uso de los distintos elementos patrimoniales por parte de las empresas acarrea una pérdida de valor o depreciación que finalmente acaba en la inutilización de los activos al cabo de los años. Las amortizaciones reflejan esta depreciación y son fiscalmente deducibles en el impuesto de sociedades.
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