El estudio se hace público cuando el Ejecutivo comunitario acaba de volver a pedir a España que suba el IVA y otros impuestos indirectos y que rebaje las cotizaciones sociales como receta para impulsar la creación de empleo. El Gobierno de Mariano Rajoy rechaza estas recomendaciones.
En 2012, la presión tributaria en España se situó en el 32,5% del PIB, cifra que le sitúa en el puesto 19 entre los 28 Estados miembros de la UE y siete puntos por debajo de la media comunitaria (39,4%). Los ingresos fiscales en España alcanzaron un máximo del 37,1% en 2007, cerca del promedio de la UE, en plena burbuja inmobiliaria, pero con la crisis se desplomaron hasta el 30,7% en 2009. Desde 2010 han empezado a recuperarse, pero a ritmo muy lento.
El tipo normal subió del 16% al 18% en 2010 y al 21% en 2012, pero los ingresos siguen siendo bajos. "La principal razón de la baja recaudación se debe al bajo consumo doméstico e importaciones", apunta el informe. De hecho, aunque la última subida del IVA empezó a aplicarse en septiembre de 2012, los ingresos ese año apenas aumentaron del 5,4% al 5,5% del PIB.
Los ingresos en España por impuestos directos (10,6% del PIB) y por cotizaciones sociales (12%) se sitúan cerca de la media comunitaria, según el informe. No obstante, también los ingresos por impuestos directos han caído durante la crisis, en particular por la bajada de recaudación en impuesto de sociedades, mayor que en otros Estados miembros.