La encuesta europea sobre calidad de vida, efectuada por la Fundación Europea para la Mejora de la Condiciones de Vida y Trabajo en los 25 países de la U.E., sitúa a España, sólo superada por Letonia, como país donde más difícil resulta conciliar la vida
Así lo ha anunciado a los periodistas, el Director de la Fundación, Willy Buschak, quien ha dicho dato viene dado por la alta tasa de contratos temporales en España, por la propia organización del trabajo, así como por la baja presencia de mujeres en el mercado de trabajo.
Además, señaló que el mayor avance en cuanto a conciliar la vida laboral y familiar se produce en los países nórdicos.
Valcarce señaló, en declaraciones a los periodistas, que en España el Gobierno está llevando a cabo «importantes políticas» para que sea una realidad la conciliación de la vida laboral y familiar, y se están produciendo «avances significativos».
El Director de la Fundación también puso de manifiesto el «hecho positivo» de que en España «existe conciencia de que se debe hacer algo al respecto».
En sus palabras a los asistentes a la presentación de los datos de la encuesta, Valcarce señaló que los datos de la encuesta desprenden que es imprescindible adoptar medidas efectivas en el seno de la Unión Europea tendentes a mejorar las condiciones de vida y trabajo, de todos sus miembros, a medio y largo plazo.
Buschak también señaló que se registran diferencias en los ingresos entre hombres y mujeres en la U.E., siendo mayor en España, y también calificó de preocupante el dato según el cual el número de personas que están demasiados cansadas para realizar las labores de casa es superior en España, que en otros países.
Otro de los datos de la encuesta pone de manifiesto que un 36 por ciento de los españoles declara que no puede costearse una semana anual de vacaciones lejos de su casa – sin alojarse en casa de algún pariente -, mientras que el promedio en la U.E. es de un 24 por ciento.
La encuesta también revela el promedio en la U.E. de personas con un hogar en propiedad sin hipoteca es del 38 por ciento, mientras que en España el porcentaje es del 53 por ciento.
La encuesta, también efectuada en los tres países candidatos a la adhesión – Bulgaria, Rumanía y Turquía – entre mayo y agosto de 2003, se llevó a cabo sobre 26.257 entrevistas cara a cara.
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