Los grandes contribuyentes -un capítulo fiscal que engloba a las mayores compañías y patrimonios– se han convertido en el gran manáde la Agencia Tributaria en su carrera por aumentar la recaudación del Estado bajo el envoltorio de la lucha antifraude.
Según los datos de este año que ha ido presentando la Agencia Tributaria, más de un euro de cada cuatro extra que está logrando recaudar el fisco por el hecho de reforzar sus actuaciones de control vienen de lo que se conoce como grandes contribuyentes, donde están las empresas que facturan más de cien millones de euros al año.
Hasta julio de este año, la recaudación total vinculada a la lucha contra el fraude alcanzó los 6.415 millones de euros, un 15,3% más que en el mismo periodo de 2011.
Más de tres cuartas partes de esa cifra, es decir, 4.933 millones, corresponden a la recaudación directa generada por lo que la Agencia Tributaria denomina actuaciones de control, un 33,7% más con respecto al periodo de 2011. A su vez, de esos 4.933 millones, un 27,5% derivan de actuaciones de la Delegación Central de Grandes Contribuyentes. Es decir, hasta julio se contabilizaron 1.356 millones de recaudación extra por el cerco fiscal a las grandes empresas.
Extrapolando estas cifras, hasta octubre ya se habrían superado los 2.000 millones. Para las grandes empresas, el hecho de tener al fisco al acecho supone una carga más. Aunque una investigación fiscal no concluya desfavorablemente para la compañía, o un expediente fiscal se recurra en los tribunales y ahí permanezca durante años en eternoslitigios, la empresa tiene que provisionar la cantidad de dinero que se pone en duda desde el mismo momento en el que Hacienda incoa un acta. Lo apropiado es reflejar en las cuentas anuales cualquier escenario fiscal negativo que se pueda producir en el futuro y su posible impacto, aunque esté recurrido en los tribunales.
Fuente: Expansión