La reforma tributaria que ultima el Ministerio de Hacienda va a dar un vuelco a la fiscalidad de las comunidades autónomas. Y va a soliviantar los ánimos de más de un barón regional. El Ministerio de Cristóbal Montoro va a imponer un tipo mínimo en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones en todas las comunidades autónomas. La tributación mínima se situará en el 3% o el 4% a partir de 2015, siguiendo, esta vez sí, las recomendaciones del equipo de expertos comandados por Manuel Lagares, según las fuentes consultadas.
Hacienda toma así una decisión de enorme trascendencia no sólo fiscal, sino también política, ya que sitúa en el disparadero a comunidades como Madrid, que tienen bonificado la práctica totalidad de este impuesto. Obliga así al Gobierno de Ignacio González a dar marcha atrás en una de las principales señas de identidad del PP de Madrid.
Al mismo tiempo, beneficiará a autonomías como Cataluña o Andalucía, que han sufrido en los últimos tiempos la deslocalización de patrimonios para evitar la onerosa fiscalidad de sus territorios.
El Impuesto de Sucesiones y Donaciones es, junto con Patrimonio, y por delante del IRPF, el principal causante de deslocalizaciones de contribuyentes. Una donación de 800.000 euros paga, por ejemplo, en Andalucía 206.109 euros más que en Madrid.
Las mismas fuentes explican que este cambio, que se acompañará de otras reformas para fomentar de la unidad de mercado, se tramitará en el conjunto de la reforma y entrará a en vigor en 2015.
Fuente: Expansión