La inversión extranjera directa (IED) global bajó un 19 por ciento el año pasado a 1,2 billones de dólares, declive que se debió en gran medida a las reformas fiscales del presidente estadounidense, Donald Trump, reportó el lunes la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
La cifra más baja para el IED global neto desde 2009 fue resultado de que las firmas estadounidenses repatriaron 300.000 millones de dólares o más en ganancias acumuladas, con el fin de aprovechar las exenciones tributarias que ofreció el gobierno de Trump.
Los flujos de inversión neto hacia Europea se desplomaron un 73 por ciento a 100.000 millones de dólares, nivel que no se veía desde la década de 1990, ya que compañías de Estados Unidos retiraron los beneficios de varios años de sus filiales de Irlanda, Suiza y otros países. James Zhan, jefe de inversión de la UNCTAD, dijo a periodistas que la repatriación de fondos que hicieron las firmas estadounidenses se había frenado y que era posible ver un repunte de la IED este año, pero advirtió de riesgos.
«Es lo que llamamos la potencial guerra comercio-inversión-tecnología que afectará la inversión global, y vemos están empeorando las crecientes medidas proteccionistas de varios países y las perspectivas para el crecimiento económico global», afirmó Zhan. Estados Unidos se mantuvo como el principal destino de la IED, atrayendo 226.000 millones de dólares, un 18 por ciento menos que en 2017. China fue el segundo, con un alza de 3 por ciento a 142.000 millones de dólares.
La IED comprende fusiones y adquisiciones transfronterizas, préstamos intraempresariales e inversión en proyectos emergentes en el extranjero. Es un barómetro de la globalización y señal potencial del crecimiento de las cadenas de suministro corporativas y de los futuros vínculos comerciales.