Luis F. Palacios Arroyo, inspector de Hacienda en excelencia, pública en este número de nuestra revista un magnífico artículo sobre la propina. El acto de entregar una propina, no deja de ser, por muy común y frecuente que sea, un acto admirable. En una sociedad como la nuestra, en la que la mayoría de personas, han olvidado que el agradecimiento no sólo es un deber moral sino que incluso un deber jurídico, sorprende satisfactoriamente ver lo común y frecuente que es que las personas agradezcan un buen servicio, entregando una propina. Pero inevitablemente, cuando un acto con trascendencia económica, se practica de forma frecuente y por un número importante de personas, haciendo lo acaba analizando y fiscalizando. Ahora sólo queda esperar que Hacienda actúe con inteligencia para no perjudicar esta admirable costumbre, propia de hombres y mujeres generosos, es decir inteligentes.