La anunciada rebaja de tipos del 35 al 30% con carácter general y al 25% para pequeñas y medianas empresas supondrá una pérdidas bruta de ingresos de unos 4.000 millones de euros.
A esta cantidad habría que restar los 1.600 millones que ahora se deducen las empresas por diferentes conceptos como deducciones o bonificaciones o la existencia de regímenes especiales y que Hacienda pretende reequilibrar. El saldo final sería de 2.400 millones de euros.
Las grandes empresas pueden acabar pagando prácticamente lo mismo que lo que lo vienen haciendo ahora. Como la idea del Gobierno es recortar gran parte de estas ventajas fiscales, el efecto puede ser neutro en las empresas de mayor tamaño. Sin embargo, se considera que el 99% de las empresas se beneficiarán de una reducción de la cuota a pagar.
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