La siniestralidad laboral va en aumento en España. Lo hace desde 2012, cuando se detuvo un descenso de las cifras de accidentes laborales que había comenzado 12 años antes y que había rebajado los índices a la mitad. Los sindicatos señalan la precarización de las condiciones de trabajo como causa del aumento. El Gobierno, sin un “diagnóstico claro”, apunta a una mejora de los controles. Mientras, la patronal señala el aumento de la actividad económica.
El año 2000 se cerró con más de 932.000 accidentes laborales, que se cobraron 1.136 vidas. El índice de incidencia, que mide el número de accidentes por cada 100.000 trabajadores, se situó aquel año en 7.558,4. Aunque al año siguiente se produjeron más accidentes en el tajo en números absolutos, la incidencia cayó ligeramente. Desde entonces, tanto el número absoluto como la tasa de siniestralidad se desplomaron hasta alcanzar el suelo en 2012, con poco más de 470.000 accidentes y una tasa de 2.948,9.
Desde entonces, el número de accidentes ha crecido un 12,3%, lo que podría explicarse por el aumento del número de trabajadores. Sin embargo, en ese periodo también ha escalado la tasa de siniestralidad, un 10,2% (un 8,2% entre los hombres y un 15% entre las mujeres). En el primer semestre de 2016, último del que se tienen datos, la tendencia se mantiene: se han producido 276.069 accidentes, un 8,6% más que en el mismo periodo de 2015 (crecen un 8,5% los que se produjeron durante la jornada de trabajo y un 9,3% los producidos in itinere, en los desplazamientos entre el trabajo y el domicilio). En este caso, dado que no está cerrado el año, el ministerio de Trabajo ofrece la tasa de incidencia mensual, que se sitúa en 275,9 accidentes por cada 100.000 trabajadores al mes, un 5,3% más que en los seis primeros meses de 2015. Si multiplicamos este resultado por los 12 meses del año, obtendríamos una tasa de 3.310,8.
La curva ascendente se repite en todas las comunidades autónomas y en todos los sectores y, dentro de ellos, casi en buena parte de las ramas de actividad, tanto en hombres como en mujeres y en todos los niveles de gravedad. En 2012, 564 personas murieron en el trabajo o en los desplazamientos, mientras que en 2015 fueron 629 los fallecidos. En los seis primeros meses de 2016, son 301, con un fuerte aumento de los accidentes mortales in itinere. ¿Qué está pasando?
Para los sindicatos, la respuesta se resume en una palabra: precariedad. “La precariedad en el trabajo propiciada por la reforma laboral (aumento de la temporalidad y de la contratación a tiempo parcial) está produciendo el deterioro de la salud y de la calidad de las condiciones de trabajo”, concluye Isabel Araque, secretaria confederal de UGT. Afirma que la reforma laboral «se ha llevado por delante la estabilidad laboral y la formación para la prevención de riesgos». Además, menciona la mayor presión que sufren los trabajadores e incluso desliza que «las medidas de prevención de riesgos laborales son invisibles y es fácil no aplicarlas, o no destinar la inversión que se debería a este campo».
Desde CC OO, Pedro Linares enumera una serie de factores. “Por un lado, aumenta la carga de trabajo; por otro, durante la crisis las empresas han priorizado otras cosas y la prevención ha pasado a un segundo plano; y, fundamentalmente, el cambio que ha habido de modelo de empleo, con contratos de pocos días y altísima rotación”. Coincide con Araque también en que los trabajadores sufren también mayor presión por el miedo a perder el empleo que les hace asumir peores condiciones de trabajo.
“La razón fundamental es el aumento de la actividad económica”, dice Jordi García Viña, director de relaciones laborales de la patronal CEOE. “Además, influyen otras circunstancias, como el tipo de contrato o el tipo de trabajador o el hecho de que mucha gente se incorpora al trabajo tras haber estado un tiempo prolongado parada”, apunta. Pero no ve relación entre temporalidad o trabajo a tiempo parcial y accidentes. “La temporalidad está a niveles parecidos a los de antes de la crisis”, afirma, “y no tenemos datos de que los contratados a tiempo parcial tenga más incidencia de accidentes”.
Un portavoz del ministerio de Empleo, tampoco ve una relación directa entre la precariedad o la rotación en el empleo y la siniestralidad. “Es un tema delicado, no tenemos un diagnóstico claro, más allá del aumento de la actividad económica”, aduce, para después dejar caer que se ha reforzado el control de las cifras y se notifican más siniestros. En cualquier caso, subraya que “no se ha suavizado la legislación ni se ha relajado la inspección en esta legislatura”. Y anima a los trabajadores a denunciar condiciones abusivas: “Es verdad que hay miedo a perder el empleo”, admite, “pero han de saber que tienen vías de actuar, que no están solos”. (Fuente. El País)