La recaudación fiscal en España se situó en 2017 en el 34.5% del PIB, 5.7 puntos por debajo de la media de la Unión Europea, según Eurostat. Eso son cerca de 70.000 millones de euros. Una barbaridad de dinero. Con eso eliminaríamos por completo el déficit público, podríamos financiar una renta social ambiciosa para las familias con problemas y estar entre los líderes europeos en I+D.
Esta recaudación comparativamente baja con respecto al resto de países europeos se explica porque la mitad del diferencial se explica por una menor recaudación del IRPF. Y la otra mitad es responsabilidad, sobre todo, de los impuestos sobre consumo (el IVA y los impuestos sobre tabaco, hidrocarburos y alcohol) y, en menor medida, del Impuesto sobre Sociedades.
No obstante, en ninguno de estos impuestos los tipos impositivos en España son reducidos (salvo quizá en los impuestos sobre consumos específicos). De hecho, en el IRPF español se llega mucho antes que en la mayoría de los países de nuestro entorno al tipo máximo. Y los tipos en el IVA y en Sociedades no son inferiores a los que nos encontramos en muchos de los países que recaudan más que nosotros.
Por tanto, no es un problema de tipos impositivos. La explicación está en otro sitio: en el fraude fiscal y en la proliferación de beneficios fiscales y tratamientos diferenciados. En ambas cuestiones, estamos por encima de la media. Hablamos de los favorables módulos en IRPF, del fraude de profesionales y asalariados que cobran en “B”, de las facturas sin IVA, de la aplicación de un tipo super-reducido del 4% a un buen número de productos, de algunas bonificaciones en el Impuesto sobre Sociedades que benefician extraordinariamente a las empresas más grandes.
La solución a nuestro déficit recaudatorio no está en aumentar los tipos en IRPF o en equiparar los impuestos de patrimonio o IVA, en la que ya estamos. Está en una reforma fiscal profunda, que revise algunas de las cosas que estamos haciendo mal y haga que algunos paguen más: los defraudadores y los que se beneficiarios de regímenes muy ventajosos.